¿Recordáis aquella infame campaña del poderoso lobby anti-invidentes que nos intentó convencer de que los ciegos no saben cantar? ¿No? Pues tuvo que ocurrir, porque eso lo único que explica la existencia de este disco.
Analicemos la portada detenidamente. ¿Quién leches ha diseñado esto? En serio, a mi me dan esto y lo primero que pregunto es quién es CoraLuna y cómo ha muerto. Coraluna es un ángel del sielo, obviamente, pero están de recortes en el más allá y solo hay alas borrosas. O eso o la tía va ahí en plan colibrí tó ciclada y las bate tan deprisa que no se ven bien. La elección de fuente es tan poco acertada que en alguna parte, el creador de Comic Sans suspiró aliviado. Me gusta la sombra de "CoraLuna" porque supongo que pretende dar a todo aquel que la vea una ventana al mundo de los hipermétropes. Pero ya basta de hablar de esto.
El caso es que Coraluna lleva tiempo siendo una figura importante dentro de la mitología rockritiquiana: hará un año (o no, quién sabe), George se hallaba escuchando alegremente a los Pink Floyd, porque es un fan del prog muy mainstream, en Spotify. Pero su serena felicidad fue turbada por un anuncio sobre el nuevo single de esta señora, "Tengo Derecho". Como todo joven que aspira a ser un famoso periodista, supongo, George decidió twittear su desgracia, diciendo algo así como que "quién diablos era esta señora para interrumpir a Pink Floyd". El caso es que los tres fans de Coraluna, que probablemente estaban patrullando el ciberespacio en busca de mensajes ofensivos se percataron de tal afrenta, e inmediatamente pusieron a Pink Floyd a la altura del betún, como es obvio. Muchas lágrimas después, sólo nos queda el recuerdo y, ahora, esta crítica.
El disco es un bostezo de cuarenta minutos de duración que no vale ni para Cadena Dial, siendo francos y honestos. Para empezar, si esta mujer no fuera ciega, probablemente no hubiera llegado a Operación Triunfo, que como todos sabemos es un programa que se emitía en la cadena de la mugre, Telecinco. Así que donde pone desgracia, ellos leen d€$gracia, porque son muy modernos. Y así les pasa.