lunes, 29 de octubre de 2012

Las 5 de Quixote: 4

Vamos a ver cómo bajamos un poquito el listón después de que Blaze nos haya deleitado con su selección de discos de metal de los últimos diez años.

Las cosas están así: esta entrada es la número 99 de la historia del blog, lo que significa que la próxima será centenaria (wow). Y será el hiper-publicitado cuarto podcast, con sorpresas y novedades. Esperamos tenerlo montado antes de que se nos acabe el mes, aunque no soy yo el que se está encargando de ello y no tengo muchas noticias de cómo va el asunto. Pero no creo que se haga mucho más de rogar.

Por si estas celebraciones fueran poco, el día 16 del mes que viene es además el tercer aniversario del blog. Aunque es cierto que el primer año fue totalmente lamentable, no deja de ser una fecha señalada que todavía no sabemos como conmemorar. Se aceptan sugerencias de casi cualquier tipo. Casi.



Tras tres párrafos de relleno absoluto porque ni siquiera ahora mismo que estoy escribiendo estas líneas no tengo muy claro sobre qué voy a escribir, creo que podemos continuar. En el próximo punto y aparte, ya habré decidido cuál va a ser el tema.

Y, francamente, como ya no es hora de ponerse con un álbum a destriparlo (lo haré pronto), prefiero volver a mi incomprendida sección "Las 5 de... Quixote" (esto del cambio de nombre me va a traer más de un problema).


1. 'Til Tuesday - On Sunday

'Til Tuesday es un grupo misterioso. Fundado allá por los años ochenta, tuvo un par de hits en las Américas antes de desvanecerse para dar paso a una exitosa carrera en solitario de su líder, la cantante Aimee Mann. Huelga decir que por aquí nadie ha oído hablar de ellos jamás.

El caso es que básicamente conozco tres canciones suyas. Contadas. Y las tres son perfectas. Debe ser el único grupo del mundo con el que me pasa eso. El día que me ponga a ahondar (he investigado, pero sin prestar mucha atención; y de la carrera de Mann he pasado olímpicamente, no sé porqué), puede arder Troya.

"On Sunday" es la medalla de plata en mi podio de 'Til Tuesday. Es purito pop, muy asequible, muy empalagoso, pero excelente. No tiene nada de especial, pero claro, tampoco tiene ninguna pega, lo que no suele pasar.

MOMENTO CLAVE: El primer estribillo después del puente. Cantado en otro tono a los estribillos anteriores, suena incluso mejor.


2. Men at Work - Overkill

Esta ya salió, en aquel artículo sobre la canción perfecta. Pero bueno, ese no era el momento de ponernos a hablar de la historia de los Men at Work. Este es el momento.

Como toda buena banda de las antípodas, tienen un sentido de la melodía tremendo. "Overkill" no es su canción más conocida (ese honor pertenece a la pegadicísima "Down Under"), pero casi seguro es la mejor. Con el omnipresente saxofón y la voz melancólica del gran Colin Hay, una letra con la que todo el mundo se siente identificado y un final capaz de estremecer al más duro... ¿cómo puede superarse?

Se puede superar. Pero sólo si eres Colin Hay. El montaje acústico que tocó durante un episodio de la serie de comedia "Scrubs" (que aprovecho para recomendar) es incluso más emotivo.

MOMENTO CLAVE: Ese final, donde Hay canta de forma que parece que se le van a salir los pulmones: "I can't get to sleep/I think about the implications..."


3. Peter Gabriel - Solsbury Hill

He escuchado esta canción demasiadas veces para mi propio beneficio, y ahora lo estoy pagando caro. Por suerte, es lo suficientemente buena como para que todavía sea de mis favoritas.

Sobre el contexto en el que escribe Gabriel esta canción se ha hablado mucho, pero resumo: le acaban echar de Genesis, y aquí se dedica a sacarse los demonios de dentro y, ya que estamos, lanzar alguna pullita a los que se quedaron dentro. La línea que siempre se menciona (y lo digo porque la he leído millones de veces como ejemplo) es aquella de "I was feeling part of the scenary/I walked right out of the machinery".

La canción es mucho más happy de lo que estas circunstancias podrían hacer prever. Y, lo siento por el "Money" de Pink Floyd, es el mejor tema escrito en 7/4 de todos los tiempos.

MOMENTO CLAVE: Boom, boom, boom. No hay nada más que decir.


4. Martha & the Muffins - Echo Beach

La fórmula para complacerme es muy sencilla: mete un riff de guitarra molón (no se me ocurría una palabra mejor), un estribillo pegadizo y un contraste entre lo siniestro y lo alegre, y me tienes a tus pies (estamos hablando de canciones, pero... quizá se podría extrapolar).

La tal Martha (no sé nada en absoluto de esta gente) suena de una forma ridículamente similar a la maravillosa Debbie Harry, de Blondie, pero sin ese aire sesentero que hacía a los neoyorquinos tan cool. "Echo Beach" no es más que otra historia sobre un lugar tranquilo donde olvidarse de los problemas de la vida moderna y el estrés.

Pero sus tres minutos y medio, entre órganos, saxofones y riffs sensacionales, se pasan volando. Al principio, ni siquiera sabrás qué te ha golpeado. Pero cuando vuelves una y otra vez a por más, sabes que hay algo especial.

MOMENTO CLAVE: El principio, con la guitarra escupiendo el que tiene que ser uno de los mejores hooks del género.


5. Japan - Quiet Life

Ya que estamos hablando tanto de los ochenta, detengámonos en 1979. Japan, hasta ese año en concreto, era una banda de glam con algún toque post-punk y donde David Sylvian era un mero imitador de Bryan Ferry (aunque después lo siguió siendo). Tuvieron sus momentos, y poco más.

A partir de entonces, y empezando por "Quiet Life", se convirtieron en creadores del movimiento de los nuevos románticos, flirtearon con sonidos orientales (más tarde Sylvian colaboraría con Ryuichi Sakamoto en diversos proyectos) y acabaron por ser unos innovadores sin igual.

"Quiet Life" suena, como mínimo, tres años por delante de su tiempo (no parece mucho, pero lo es). Con un bajo funky (el fenomenal Mick Karn), una guitarra que acentúa los momentos precisos y los sintetizadores cubriendo todo, básicamente pusieron todos los cimientos para que Duran Duran, Simple Minds, Spandau Ballet y otro porrón de bandas les robaran el mérito.

MOMENTO CLAVE: Me cuesta mucho destacar una sola cosa. Pero los primeros compases son tan tremendos que podrían merecer por sí solos la presencia de la canción en esta lista.

Quixote

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